10 de mayo 2010 | 09:57 am - Jolguer Rodríguez Costa
Los medios comunitarios surgieron para enfrentar el poder, pero actualmente buena parte de ellos están alineados con el Gobierno. De acuerdo con Conatel, de 1.004 emisoras en el país -entre AM y FM- 656 son privadas, 243 son comunitarias y 105 pertenecen al Estado. El Minci destina recursos a los medios llamados revolucionarios
Consola de radio
La administración del presidente Hugo Chávez ha invertido en los últimos 4 años 25,9 millones de bolívares para potenciar los llamados medios de comunicación comunitarios, figuras que según refiere la historia surgieron para enfrentar al poder, pero que en la complejidad de la Venezuela actual se da a la inversa: para alinearse con el Gobierno.
El éxito del proyecto exhibe, hasta ahora, resultados precarios: en el caso específico de las emisoras de radio, sólo 1,6% de los venezolanos admite que las sintoniza a diario, reveló el capítulo de consumo cultural incluido en el Estudio sobre Pobreza en Venezuela, efectuado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB. Fue una investigación a escala nacional a través de 1.203 entrevistas entre 2008 y 2009.
"La fidelidad absoluta no llega a 2%. Ese un feedback terrible. Son emisoras de radio que en una gran porción, por encima de la media, están alineadas con el Gobierno, por lo que nacen con una experiencia limitada frente al poder", sostiene Marcelino Bisbal, investigador de la comunicación y profesor de la UCAB, al tratar de explicar el bajo rating del Sistema Público Nacional de Comunicación Popular, Alternativa y Comunitaria.
El tema no es exclusivo de la revolución, como califica el Gobierno el proceso político que adelanta. A finales de los setenta, en el marco del Nuevo Orden Mundial de la Información, se planteó que las comunidades organizadas podían tener voz a través de sus propios canales.
"Pero aquellas experiencias, por principio, enfrentaban al poder y eran una iniciativa de la comunidad. Ahora se acoplan al discurso presidencial: una especie de institución social que siempre está a contracorriente", acota Bisbal.
A partir de abril de 2002 algunos comunicadores que formaban parte del Gobierno impulsaron la creación de los medios alternos.
Es lo que se denominó Programa de Comunicación Popular Revolucionaria, el cual fue recientemente relanzado por el gobierno del Distrito Capital, con Jacqueline Farías a la cabeza. Es un sistema de formación para la construcción de una red de comunicación alternativa sólida, según voceros oficiales. Se persigue enlazar radios, televisoras y periódicos comunitarios. Allí participan Radio Rebelde 91.5, Radio Perola 92.3, Emisora Libre al son del 23, CRP 91.5 FM, Radio Libre Negro Primero 101.1 FM y las televisoras TV Petare, TV Caricuao y Catia TV.
En la actualidad, las cifras de Conatel indican que de 1.004 emisoras radiales existentes en el país, entre AM y FM, 656 son privadas y 243 comunitarias, mientras otras 105 pertenecen al Estado.
Adicionalmente, un aproximado de 150 estaciones del oficialismo operan ilegalmente, a pesar de que el otorgamiento de una concesión comprometida con la causa revolucionaria es prácticamente inmediata.
Simultáneamente a la ayuda técnica y económica que proporciona la Comisión Nacional de Telecomunicaciones a esas emisoras, el Ministerio de Comunicación e Información dispone también de un presupuesto: en lo que va de este año, 105 de esas emisoras han recibido 5 millones de bolívares.
Bisbal reconoce que el Gobierno ha tenido visión política para montar su hegemonía comunicacional. "Vía jurídica creó un mecanismo para coartar grados importantes de libertad de expresión. Luego, a través del Seniat y de Cadivi, logró implantar canales de intimidación a dueños de medios, periodistas y anunciantes".
A largo plazo. Ahora bien, ¿son radioemisoras alternativas a qué? "No creo que sea a las grandes emisoras, pues tienen una producción muy rudimentaria y una estética desfasada", considera el investigador.
Entre las deficiencias de la parrilla revolucionaria, Bisbal destaca la carencia programática, la música homogénea siempre Alí Primera, Silvio Rodríguez o Los Guaraguao, entre otros similares, la mala expresión y el manejo del lenguaje radiofónico de los locutores.
Asimismo, persiste la reiteración de los términos "imperialismo", "yanqui", "contrarrevolución", "fascismo", "golpismo".
Alexis Alzuru, profesor del posgrado de Ciencias Políticas de la Universidad Simón Bolívar, no cree que la estética desfasada de las emisoras impida su verdadero cometido: producir cambios profundos en el esquema cultural de los venezolanos.
"Pensar que el proyecto ha sido un fracaso porque en estos momentos la penetración de estas emisoras es muy baja, es bastante iluso. Estos son planes concebidos para un proceso largo, proporcional a lo profundo y radical que persiguen. Los cambios que pretenden son complejos por lo que no puede pensarse que sus efectos se produzcan en corto plazo. No, esto es a largo plazo, y a menos que desaparezca el plan no creo que haya que dudar de su efectividad", explicó el profesor.
Para Alzuru, lo significativo, hasta ahora, de la estrategia gubernamental de potenciar esos medios radica en haber sembrado la semilla. Recurre a una metáfora para ilustrar lo que en su opinión consiste el plan: "Es como un orfebre trabajando con un cincel, dándole y dándole, hasta lograr la pieza que desea. Cuánto tiempo requiere no lo sé con exactitud, pero de mantenerse su aplicación, a largo plazo logrará su cometido: modificar los valores y hábitos de los ciudadanos.
Para Bisbal, también director de la revista Comunicación, no ve relación entre los conceptos de guerrilla comunicacional y radio comunitaria. "Si por guerrilla comunicacional entendemos infiltrarse y dar la guerra por los laterales esta proliferación de radios alternas entorpece el espectro radioeléctrico establecido".
Bisbal cree necesario hablar de algunas excepciones.
Apunta hacia algunas emisoras comunitarias que se habrían reacomodado. "Obtuvieron la frecuencia y ahora son realmente comunitarias, pues responden a los intereses de la comunidad y dejaron el carnet político a un lado". Aun así, vislumbra un panorama incierto para el grueso de estaciones que, a su juicio, vienen impuestas con una política editorial desde los más altos niveles del poder, y que por tanto, la gente no siente suyas. "La gente no quiere escuchar tiempos pasados. Estas radios cesarán cuando no se les pueda seguir inyectando dinero y tecnología, ni los lugares que ocupan en comodato. O cuando finalice este proceso político".
Fuente: http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/136536/Nacional/1,6%-de-los-venezolanos-escucha-la-radio-revolucionaria
(Yimber Gaviria, Colombia)
BRASIL: Captaciones de radio brasileñas desde Venezuela.
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* Carta de Verificación de Radio Nacional da
Amazonia, Brasil____________*
*kHz UTC FECHA EMISORA ,PAIS, POTEN...
Hace 11 años
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